México...¡la patria se vende!


  • Gracias a que tienen apoyos fiscales, las cadenas ibéricas que operan en el país ya suman un total de 77 hoteles


Atzayaelh Torres y Felipe Gazcón

Ciudad de México

En España hay preocupación porque la mexicana Pemex invertirá en la petrolera ibérica Repsol y tendrá una importante participación, lo que le permitirá tener voz y voto en el consejo de administración.

Para muchos empresarios, esto afecta el carácter nacionalista español de dicha empresa, incluyendo entre los preocupados al ex presidente Felipe González, para quien Pemex tendrá por “prioridad defender los intereses mexicanos”.

Este caso no es aislado, ya que otras grandes mexicanas como Cemex y Herdez han realizado inversiones en España por más de seis mil millones de dólares, solamente en la última década.

A pesar de los intentos del bloqueo de los inversionistas de la petrolera española para que Pemex no obtenga el poder de la decisión, la inversión no se detendrá, como aseguran varias autoridades mexicanas.


En México, autoridades hacendarias y de sectores como el turístico han dado muchas concesiones a las empresas españolas, inclusive beneficiándolas por encima de las connacionales.

Expertos y empresarios coinciden en que el trato que han tenido esas firmas en nuestro país ha sido preferencial, lo que de acuerdo con testimonios pone en aprietos a negocios locales.

Miguel Ángel Cardona, investigador del Tecnológico de Monterrey, informó que los cinco grupos hoteleros más importantes del país concentran cinco por ciento de las habitaciones disponibles en México.

Es una cifra que quizá no es representativa. Sin embargo, si vemos lo que significa en el segmento de cuatro, cinco estrellas y lujo, son muy importantes, sobre todo por la presencia que tienen en la Riviera Maya, a excepción de NH Hoteles, comentó.

De acuerdo con datos del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), las cadenas españolas que operan en México suman un total de 77 hoteles, con más de 28 mil habitaciones.

El avance de estas empresas, encabezadas por Grupo RIU, que cuenta con ocho mil 635 habitaciones en 16 hoteles en el país, ha sido rápido y continuo, puesto que en 2004 las empresas españolas sólo tenían 43 hoteles con 13 mil habitaciones.

Después de RIU, las cadenas hoteleras españolas con mayor presencia en México son Sol Meliá, con ocho hoteles; Fiesta Hotel Group, con siete; otros 3 de Oasis; ocho de Iberostar, 13 de NH; cuatro de Gran Bahía, cinco de Catalonia y 13 de Barceló.


En crecimiento

Estas cadenas españolas operan un total de 901 hoteles en el mundo con un total de 232 mil 302 habitaciones, por lo que la participación de México, en promedio, es de 13.3 por ciento, según sus datos a 2010.

Por separado, de las empresas que se tiene información financiera disponible, en 2010, Barceló fue la empresa más productiva al enviar a su casa matriz 351 millones de dólares provenientes de sus hoteles en México.

En este orden, los hoteles que tienen reporte en Bolsa son NH, que envió desde México a su corporativo en España 56.8 millones de dólares, mientras que Meliá aportó 41.1 millones de dólares al corporativo, provenientes de la nación. Con datos a 2010, México recibió 164 mil turistas españoles por vía aérea, más de 50 por ciento arriba de lo reportado un año antes.

De acuerdo con reportes de la Secretaría de Economía (SE), en el periodo 2010 a 2014, se espera que lleguen a México inversiones de dos mil 500 millones de dólares por parte de empresas españolas turísticas, principalmente del sector hotelero, que generarían 20 mil empleos directos.

Cardona explicó que son empresas que se han especializado en la atención al cliente y en el concepto de “todo incluido”, por la serie de alianzas estratégicas que tienen con el resto del sector turístico internacional, aunque reconoció que esto pone en desventaja a otras cadenas mexicanas.

Ha sido sencillo para ellos entrar en la industria turística en México. Históricamente llevan un desarrollo progresivo. Por ejemplo, Cancún creció en los setenta y a partir de ahí se empezaron a abrir facilidades. El país tiene mejores condiciones para que se desarrolle de forma sana la industria hotelera española, y ya hay varios proyectos más en puerta, comentó.


Proyectos

Al respecto, Armando de la Cruz Uribe Valle, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM), aseguró que las empresas españolas reciben tratos preferenciales por parte de los gobiernos a la hora de iniciar un proyecto. De acuerdo con datos al cierre de 2010, la AMHM informó que existen en México más de 630 mil habitaciones de hoteles en el país.

De este total, más de 28 mil son de empresas ibéricas que operan al ciento por ciento. Lo que hemos visto es que les dan algunos descuentos, subsidios prediales, etcétera. Contra eso competimos, señaló.

Adicionalmente, informó que llegan a abrir hoteles con créditos subsidiados a tasas preferenciales por el gobierno español de hasta tres por ciento anuales, mientras que los hoteleros mexicanos tienen que pagar intereses de dos dígitos.

Es una competencia, cuando vienen las cadenas sentimos la inequidad, porque un hotelero nacional no tiene el mismo acceso al crédito, tasas preferenciales, para la construcción de hoteles. La tasa más atractiva que encontramos los connacionales es dos dígitos, explicó.



Tratos europeos

Pero no es todo, señala el empresario, puesto que adicionalmente la condición por parte del gobierno español para otorgar los préstamos es que todo aquello, o una gran parte, de los insumos necesarios para la construcción de los inmuebles, tendrán que provenir de empresas españolas en México.

Otra situación que pone en desventaja a los hoteleros nacionales, señala De la Cruz Uribe Valle, son las alianzas que las cadenas españolas tienen con aerolíneas locales e internacionales, e incluso de algunas otras que cuentan con participación accionaria dentro de ellas.


Repsol está dividido por pleito de sus accionistas

El intento de bloqueo a Pemex en Repsol obedece más bien a un pleito de accionistas que a un enfrentamiento entre el nacionalismo español y el mexicano, o de un cuestionamiento de la legalidad de la operación, expresaron fuentes de Repsol a Excélsior.

“Se trata de una guerra entre españoles”, dijeron los informantes que piden no ser citados.

En esta pugna de accionistas, los inversionistas minoritarios están repudiando la estrategia que llaman hostil, mediante la cual temen que Pemex y Sacyr quieran controlar a Repsol.

Los minoritarios también estarían repudiando el que Pemex haya escogido a Luis de Rivero, presidente de Sacyr, como su socio, ya que afirman que este empresario ha buscado de forma fallida durante los pasados tres años controlar Repsol.

Según las fuentes, De Rivero quiso controlar Repsol por medio de la empresa rusa Lukoil, y luego por medio de la China, Sinopec. En otra ocasión con la India, Esser.

Cuestionan por qué Pemex escogió a De Rivero como socio, cuando este empresario tiene deudas por 11 mil millones de euros.

Por ello, también temen que en la víspera del 21 de diciembre de este año, cuando vencen pasivos por cinco mil millones de euros de Sacyr, el empresario pudiera vender, por lo menos, otro cinco por ciento de sus acciones de Repsol a Petróleos Mexicanas, para allegarse de mil 200 millones de euros y con esto poder negociar otra prórroga de las restantes deudas con los bancos.

Los inversionistas minoritarios de Repsol están pidiendo a las autoridades españolas que investiguen si en el anuncio del pacto Pemex-Sacyr no se violaron las disposiciones de información de hechos relevantes.

Asimismo, los inversionistas minoritarios están pidiendo que se investigue si no se está violando la regulación de Oferta Pública de Adquisición (OPA), debido a que se teme que Pemex y Sacyr quieran controlar la empresa Repsol con cerca de 30 por ciento de las acciones.

La ley española establece que cuando se quiere controlar una empresa con más de 30 por ciento de las acciones, los inversionistas deben lanzar una oferta pública para adquirir la mayoría accionaria.

Entonces, los inversionistas advierten de un probable fraude a la ley ya que Pemex y Sacyr no quisieron llegar al 30 por ciento de las acciones para no pagar el otro 70 por ciento restante.

También están solicitando que los organismos reguladores investiguen las contradicciones que resultan de lo manifestado públicamente por Pemex-Sacyr, sobre la ejecución de la operación en el mercado y los datos oficiales de negociación bursátil que se conocen de esos días, y especialmente el anormal volumen de negociación de las acciones de Repsol en julio y agosto pasados.

execelsior.com.mx

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